Detergentes, cosméticos y múltiples productos de la industria contienen compuestos que facilitan la disolución de sustancias poco solubles en agua, como grasas y aceites. Estos compuestos, llamados surfactantes, son contaminantes emergentes, cuyos efectos adversos al ambiente —como el hermafroditismo o la inhibición de la reproducción en peces—, antes no eran comprendidos hasta la actualidad.
Debido al alto uso de surfactantes en productos de uso cotidiano, grupos de científicos ambientales alrededor del mundo buscan alternativas naturales para sustituir estos compuestos de origen sintético por otros más amigables, denominados biosurfactantes. En el caso de Zacatecas, Adriana Lizbeth Aguilar Domínguez, estudiante de último semestre de ingeniería ambiental de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería Campus Zacatecas del Instituto Politécnico Nacional (UPIIZ IPN), estudia la bacteria Dietzia sp. para evaluar su capacidad de producir biosurfactantes.
Una importante ventaja de este proyecto de investigación es que previamente, también en la UPIIZ, fue realizado un estudio que comprobó que la bacteria Dietzia también puede consumir hidrocarburos como el PET, por lo que esta investigación tiene doble partida: al disminuir el uso de un compuesto químico que es altamente utilizado —surfactante— y también reducir la contaminación por hidrocarburos.
Como se trata de una bacteria de recién descubrimiento en la producción de biosurfactante, Aguilar Domínguez, bajo asesoría de la maestra en ciencias Verónica Segovia Tagle, también busca completar esta estancia de titulación con la caracterización química del biosurfactante para identificar su composición, por lo que es apoyada por el personal docente del Laboratorio de Biología de la UPIIZ.
Este proyecto fue presentado en el Palacio de Convenciones de la capital zacatecana en junio de 2018, durante el Congreso de la Academia Nacional de Ciencias Ambientales (ANCA), organizado por Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuál es el principal hallazgo de este proyecto de investigación?
Adriana Lizbeth Aguilar Domínguez (ALAD): Haber confirmado que una nueva bacteria es productora de biosurfactante.
AIC: ¿Existen otras bacterias que produzcan biosurfactantes?
ALAD: Actualmente hay muchos estudios que buscan producir biosurfactantes, por lo que hay muchas bacterias ya identificadas que se sabe los producen; sin embargo, por tratarse de bacterias, sabemos que producen estos compuestos en cantidades muy pequeñas, por lo que otra de las preocupaciones de los científicos hoy en día es aumentar la producción de biosurfactante por estas bacterias.
En el caso de la bacteria Dietzia, como recientemente fue descubierta, hasta la fecha no ha sido muy estudiada. La seleccionamos para identificar esta propiedad y efectivamente hemos comprobado que tiene el potencial de producir biosurfactantes. Aunado a esto, como sabíamos previamente que puede consumir hidrocarburos, consideramos que facilitárselos es una buena vía para aumentar su reproducción y, por lo tanto, la producción de biosurfactante.
AIC: ¿Cuál es otra de las funciones que tienen los surfactantes químicos?
ALAD: Otra de las funciones que han tenido los surfactantes químicos —que en su mayoría son derivados del petróleo— es en la remediación de derrames de hidrocarburos en el mar o suelo, pues se utilizan para eliminar estos compuestos; lo que significa que algunas de estas rutas de degradación crean compuestos todavía más tóxicos para el ambiente. En pocas palabras, para tratar de remediar un contaminante, están poniendo otro, por lo que nosotros buscamos utilizar biosurfactantes para ofrecer verdaderas soluciones al medio ambiente.
AIC: ¿Cuáles son los experimentos que has realizado para obtener estas conclusiones?
ALAD: Después de que en el Laboratorio fue aislada la bacteria y estudiado otras de sus capacidades, decidimos identificar si producía biosurfactante. Entonces, en un medio mínimo —con las sales necesarias para que las bacterias se desarrollen— agregamos glucosa como inductor de crecimiento, para que aumentara su biomasa hasta el punto más alto, provocamos que tomara un hidrocarburo de nuestra elección y produjera mayor cantidad de biosurfactante. Posteriormente, con otras pruebas evaluamos sus propiedades tensoactivas y emulsificantes y al final buscamos hacer la caracterización química.
AIC: ¿Cuándo planteas finalizar este proyecto?
ALAD: Actualmente ya hemos cumplido todos los objetivos que teníamos para este trabajo. Lo que seguiría sería evaluar con qué métodos se podría aumentar la producción de biosurfactante, así como utilizar otras vías con mayor grado de sensibilidad —como HPLC o infrarrojo— para rectificar lo que ya hemos identificado hasta el momento.
Fuente: conacytprensa.mx