El verdadero problema ambiental en el que se deben enfocar las políticas públicas es en el relacionado con el calentamiento global y no el cambio climático, aseguró Antonio Luna Díaz Peón, catedrático de la Facultad de Instrumentación Electrónica y Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana (UV).
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el meteorólogo de la UV comentó que actualmente existe una confusión entre esos dos términos utilizados en la jerga científica atmosférica y eso —enfatizó— ha causado políticas públicas deficientes en la materia, así como una incorrecta socialización del conocimiento ambiental.
Por una parte, el cambio climático, explicó, es lo que produce a lo largo de más de 30 años diferencias de temperaturas y de precipitación. Históricamente, en el planeta se han tenido muchos cambios climáticos. Si se habla de forma global, se tuvo la Era del Hielo, después de 1500 se habla de una era de temperaturas altas, por lo cual se podría intuir que existió algo de calentamiento en ese periodo en muchos países, no solamente en algunos puntos.
“Recientemente con el problema de la contaminación atmosférica y todo lo antropogénico, las temperaturas se están incrementando. Este incremento es lo que está produciendo un reciente cambio climático. Todavía no podríamos decir a qué dimensiones vamos a llegar con este cambio. Lo que sí es seguro es que estamos pasando por uno, pues hay incremento en las temperaturas y variación en las precipitaciones”.
Es decir, que en lugares donde llueve, ahora llueve más y en otros donde no ocurría ese fenómeno ambiental, llueve menos. Se está haciendo más extremoso.
El calentamiento global es el incremento de las temperaturas a nivel mundial. En promedio se ha observado que en el último siglo se ha tenido un incremento más o menos como de un grado de temperatura a nivel mundial. Esto es significativo, aseguró, y es preocupante, porque el punto de partida de este incremento de temperaturas data de los tiempos de la Primera Guerra Mundial. Después de la Segunda Guerra Mundial se empieza a hacer más evidente ese incremento de las temperaturas.
“Estamos hablando de un calentamiento global producido desde por allá de la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días. La diferencia aquí es que si el incremento de las temperaturas y el calentamiento global continúan vamos a tener un cambio climático. Para que tengamos ese cambio necesitamos que las temperaturas se incrementen. Un calentamiento global te puede llevar a un cambio climático, pero un cambio climático no necesariamente te lleva a un calentamiento global”.
El concepto en las políticas públicas
Para Antonio Luna Díaz Peón, el problema de todo esto —sobre todo al hablar de apropiación del conocimiento— es que no se ha definido bien la palabra cambio climático o si se ha definido, la población no lo ha entendido como tal. Porque el hecho de que se tenga un cambio climático no implica que sea necesariamente por ese calentamiento global. Si existe el calentamiento global, no implica que solo el calentamiento global produzca un cambio climático.
En el terreno de las políticas públicas, el académico considera que estas no tienen una precisión. No se ha entendido realmente la idea de cambio climático. Ahora todo, argumentó, se lo están atribuyendo a lo que es el resultado del calentamiento global. En ese sentido, cuando se generan políticas públicas eso puede llevar a crear leyes y entonces cuando se dé el contraste del calentamiento, que sería el enfriamiento global, ya no habrá como idea un cambio climático y esas políticas públicas van a quedar obsoletas.
“Creo que más bien lo que se debería de hacer es enfocar bien las políticas públicas al problema real de lo que vendría a ser un cambio climático por calentamiento global. Y entonces allí ya lo estás definiendo más certero, porque si lo dejas solo como calentamiento global o cambio climático, en algún tiempo van a quedar obsoletas”.
En México, Centroamérica y Sudamérica, explicó, se tiene el problema de que no se cuenta realmente con políticas públicas sobre el tema. «Por ejemplo, México ha hecho muchos estudios sobre las tendencias climáticas y las variaciones, pero los políticos realmente no están entendiendo el problema».
“En Veracruz tenemos 33 por ciento del agua que corre a nivel nacional y tenemos pendientes orográficas muy pronunciadas. Esas nos pueden dejar generación de energía eléctrica, pero no se está haciendo de forma correcta. Las investigaciones científicas a nivel país yo creo que son suficientes para que desde ahora ya pudiéramos tomar iniciativas a futuras respuestas. Se están haciendo muchas investigaciones”.
De acuerdo con Díaz Peón, hoy en día hay áreas que no son solo de las ciencias duras, sino de otras disciplinas que poco a poco se van adentrando en la investigación ambiental y comienzan a decir cómo se debería aplicar. En educación se están generando nuevas políticas para que desde lo básico ya se empiece a enseñar.
“También hay gente que se encarga de ver realmente la evidencia. Todos aquellos que se encargan de ver las mediciones y México está compitiendo en eso a nivel mundial de una forma a la par de las grandes potencias: Alemania, China, Inglaterra, Japón. Aunque no contamos con sus tecnologías, sí estamos contando con información. Científicamente se están haciendo cosas muy buenas (…) Antes del doctor Mario Molina, el problema de cambio climático no se conocía, era más fácil que no supieras qué era. Después de ese Premio Nobel, la información se volvió exponencial. A partir de eso voltearon a ver a México como un buen productor de investigación científica y tecnológica», aseguró el investigador.
Fuente: conacytprensa.mx